Durante el desarrollo que tuvo el curso estuvo siempre presente una relación entre las cuestiones teóricas y la realidad colombiana, pero esta relación siempre mediada por un tipo de narración que podría decirse es neutral y la realidad solo se vuelve un espacio para mostrar en acción la teoría que siempre fue el eje central del curso. Acercarnos a un texto como el de Taussig el cual por el estilo etnográfico particular de este autor y el contexto en el que fue escrito, nos hace detenernos un momento en los hechos que constantemente están sucediendo en Colombia y reflexionar sobre la manera como nosotros los estamos observando. La teoría y las metodologías de la antropología nos hace comprender estos hechos de una manera ordenada y lógica, pero los hechos que estamos observando no son lógicos ni ordenados por lo cual se encuentra una tensión, que el mismo autor denuncia, muchas veces intentamos “imponer nuestro orden al desorden”, tratamos de introducir formas lógicas de ver estos hechos que no responden a ninguna lógica o aunque sea no de la manera como nosotros la entendemos.
Esta primera reflexión nos empieza a dirigir hacia ciertas corrientes vistas en clase tales como los Estudios críticos del derecho, o el Análisis del lenguaje jurídico y el poder. Primero la presencia e incidencia del derecho en un contexto como el que nos presenta Taussig se pone en tela de juicio. En estos espacios donde el Estado desde sus instituciones deja de hacer presencia o deja de ser un actor legitimo y se impone un nuevo orden normativo por los actores armados que hacen presencisa en la zona en busca del control territorial y de la población. De esta manera el campo jurídico pierde su funcionalidad frente a la eficacia que tiene la violencia como aparato legitimador. El contexto de violencia pone en evidencia que no hay una condición ontológica del derecho que haga que las practicas y discursos que se produzcan desde él se dirijan hacia la justicia. Además de lo anterior demuestra que el derecho es una herramienta para el establecimiento de unas formas de poder que beneficia a unos poco. Aquí se vuelve ilustrativa la experiencia de Taussig que queda sorprendido al encontrarse con que muchas personas de distintos sectores de la sociedad que apoyan el paramilitarismo y aceptan sus métodos violentos de acción.
El derecho despojado de su contenido y convertido en solo forma se vuelve una herramienta de control que se encuentra totalmente desprendida de la realidad sobre la cual incide, aquí entonces vemos porque se legitima el paramilitarismo, “entre los males que hay es el menos peor”. Desde este punto entonces empezamos a ver el porqué del título del libro de Taussig, ley en una tierra sin ley. Los sistemas normativos en este tipo de contextos se desprende del campo jurídico, los espacios donde se podría pensar esta la ley son en donde menos encuentran, aquellos que deberían garantizar el cumplimiento de la ley son aquellos que mas la incumplen, pero en este desorden se puede entrever una ley la cual es difícil de evidenciar por la forma como ha sido comprendida la ley, por los espacios, los actores y los métodos donde los investigadores buscan estas leyes.
En la experiencia de Taussig encontramos como el lenguaje es una herramienta de legitimación bastante poderosa aun fuera del campo jurídico. Aunque los distintos actores armados del conflicto tienen como base la violencia para hacer cumplir sus sistemas normativos, las formas de clasificación de los enemigos, de identificarse a sí mismos, de amenazar, son la verdadera arma de represión y son lo que conforma la ley. El nombrarse como paramilitares, autodefensas, milicianos constituye la manera como se imponen en los imaginarios, las nociones sobre lo que es la ley cambian dependiendo de qué actor se está hablando.
La ley en una tierra sin ley puede ser comprendido como la ley fuera de las instituciones jurídicas, pero también se puede referir a una tierra que no es dueña de sus leyes, se vuelve de alguna manera un espacio vacío en el cual los distintos actores actúan de acuerdo a nociones muy distintas de lo que debe ser la ley y como debe ser aplicada. Aquí entonces podríamos pensarlo para terminar de una manera bastante amplia, un lugar en el cual un sistema normativo se vuelve ley por la legitimación a través de la violencia y hay una incidencia en los imaginarios sobre lo que es la ley en las personas que conviven en este espacio.
Lo que queda entonces es una reflexión metodológica sobre cómo acercarnos a estos espacios en donde no hay un campo jurídico tan bien definido, donde las lógicas que guían la construcción de sistemas jurídicos se rompen y no permiten pensar la ley de una forma única y concreta. Además de ser un espacio en donde no es simplemente el conocimiento lo que está en juego es la vida misma. Esto nos obliga a nuevas formas de acercarnos a estos fenómenos pensar desde el desorden, y expresarnos dando cuenta de este desorden, sin caer en el error de volverse parte del desorden.
Esta primera reflexión nos empieza a dirigir hacia ciertas corrientes vistas en clase tales como los Estudios críticos del derecho, o el Análisis del lenguaje jurídico y el poder. Primero la presencia e incidencia del derecho en un contexto como el que nos presenta Taussig se pone en tela de juicio. En estos espacios donde el Estado desde sus instituciones deja de hacer presencia o deja de ser un actor legitimo y se impone un nuevo orden normativo por los actores armados que hacen presencisa en la zona en busca del control territorial y de la población. De esta manera el campo jurídico pierde su funcionalidad frente a la eficacia que tiene la violencia como aparato legitimador. El contexto de violencia pone en evidencia que no hay una condición ontológica del derecho que haga que las practicas y discursos que se produzcan desde él se dirijan hacia la justicia. Además de lo anterior demuestra que el derecho es una herramienta para el establecimiento de unas formas de poder que beneficia a unos poco. Aquí se vuelve ilustrativa la experiencia de Taussig que queda sorprendido al encontrarse con que muchas personas de distintos sectores de la sociedad que apoyan el paramilitarismo y aceptan sus métodos violentos de acción.
El derecho despojado de su contenido y convertido en solo forma se vuelve una herramienta de control que se encuentra totalmente desprendida de la realidad sobre la cual incide, aquí entonces vemos porque se legitima el paramilitarismo, “entre los males que hay es el menos peor”. Desde este punto entonces empezamos a ver el porqué del título del libro de Taussig, ley en una tierra sin ley. Los sistemas normativos en este tipo de contextos se desprende del campo jurídico, los espacios donde se podría pensar esta la ley son en donde menos encuentran, aquellos que deberían garantizar el cumplimiento de la ley son aquellos que mas la incumplen, pero en este desorden se puede entrever una ley la cual es difícil de evidenciar por la forma como ha sido comprendida la ley, por los espacios, los actores y los métodos donde los investigadores buscan estas leyes.
En la experiencia de Taussig encontramos como el lenguaje es una herramienta de legitimación bastante poderosa aun fuera del campo jurídico. Aunque los distintos actores armados del conflicto tienen como base la violencia para hacer cumplir sus sistemas normativos, las formas de clasificación de los enemigos, de identificarse a sí mismos, de amenazar, son la verdadera arma de represión y son lo que conforma la ley. El nombrarse como paramilitares, autodefensas, milicianos constituye la manera como se imponen en los imaginarios, las nociones sobre lo que es la ley cambian dependiendo de qué actor se está hablando.
La ley en una tierra sin ley puede ser comprendido como la ley fuera de las instituciones jurídicas, pero también se puede referir a una tierra que no es dueña de sus leyes, se vuelve de alguna manera un espacio vacío en el cual los distintos actores actúan de acuerdo a nociones muy distintas de lo que debe ser la ley y como debe ser aplicada. Aquí entonces podríamos pensarlo para terminar de una manera bastante amplia, un lugar en el cual un sistema normativo se vuelve ley por la legitimación a través de la violencia y hay una incidencia en los imaginarios sobre lo que es la ley en las personas que conviven en este espacio.
Lo que queda entonces es una reflexión metodológica sobre cómo acercarnos a estos espacios en donde no hay un campo jurídico tan bien definido, donde las lógicas que guían la construcción de sistemas jurídicos se rompen y no permiten pensar la ley de una forma única y concreta. Además de ser un espacio en donde no es simplemente el conocimiento lo que está en juego es la vida misma. Esto nos obliga a nuevas formas de acercarnos a estos fenómenos pensar desde el desorden, y expresarnos dando cuenta de este desorden, sin caer en el error de volverse parte del desorden.
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ResponderEliminarTeniendo en cuenta el texto de Law in a lawless land, considero más pertinente la asociación del texto de Taussig con los CLS realizada por Nicolás, así como la relación que él encuentra con el análisis del lenguaje jurídico y el poder. En este sentido, también es pertinente la enunciación que Patricia hace respecto al uso de las teorías críticas por parte de Taussig, ya que en ambos textos se evidencia el análisis que el autor realiza al poder.
ResponderEliminarSin embargo, hubiera sido interesante que los comentaristas relacionaran el trabajo de Taussig con los estudios culturales del derecho, analizando como en este caso el derecho se manifiesta como una forma de poder sobre la cultura y viceversa. Así, nos podríamos preguntar sobre las implicaciones que tienen el contexto y la población colombiana para que el derecho en Colombia se ejerza de una manera particular y para que a su vez éste influya y determine ciertos aspectos de la cultura de Colombia; ya que éste es un claro ejemplo de cómo la ley circula por medio de prácticas culturales. Por ejemplo, Nicolás hubiese podido relacionar este tópico cuando hace referencia a la sorpresa de Taussig con la aceptación que algunas poblaciones le dan a los métodos violentos.
Del mismo modo, estoy de acuerdo con la relación que hace Nicolás del titulo del texto con el ejercicio del derecho por fuera del campo jurídico. Pienso que al afirmar la ley en una tierra sin ley se está haciendo referencia a un orden desordenado en Colombia, a la evidente existencia de una lógica (paradójica, en tanto los actores armadas son los que hacen la ley por su cuenta) pero que subyace a un desorden.
LIZETH RIAÑO
Nicolás y Patricia hacen un ejercicio interesante en cuanto a la relación entre el texto de Taussig y otros temas analizados en el curso. (Aunque Patricia hace referencia a otro texto diferente)
ResponderEliminarAunque tampoco entiendo muy bien que trata de decir Nicolás cuando afirma que las narraciones surgidas desde la clase fueron de carácter neutral, coincido con catalina en la idea de lejos de ser neutrales las discusiones tuvieron un intenso tinte político que permitió no solo abrir espacios de debate sino también poner en dialogo diferentes corrientes teóricas.
Me parece interesante respecto al ejercicio de Nicolás de analizar el titulo de libro, cuando habla del derecho despojado de su contenido como forma de control y son aceptadas formas que uno creería absolutamente atroces de entrada. La idea de el paramilitarismo como “el mal menos peor” o cuando Gutiérrez habla de la limpieza social cuya explicación incrima a la víctima, “quien sabe que debía ese” estamos frente a dos buenos ejemplos de cómo en Colombia no solo entendemos lo político y lo jurídico (donde todo el mundo es sospechoso) sino también a quienes legitimamos o naturalizamos como los encargados de “vigilar” y mantener el orden en el caos de país que tenemos.
Esta relación entre poder, violencia, ley y lenguaje es abordada por Nicolás de manera clara y nos arroja a la pregunta por cómo abordar metodológicamente estos contextos de multiplicidad de significados en cuanto al entendimiento de la ley y su aplicación en un país como Colombia donde lo que sobran son leyes.
DANIELA BOTERO MARULANDA
Me parecen interesantes las propuestas de Patricia y de Nicolas , según las cuales el texto de Taussig puede ser abordado desde la perspectiva de los Estudios de Conciencia Jurídica , por un lado y desde los Estudios Críticos del Derecho por el otro. Sin embargo me parce más clara la relación con el primer enfoque en la medid en que éste desliga lo jurídico de lo institucional. La experiencia etnográfica de Taussig se ubica en este marco puesto que devela la existencia de espacions que se encuentran por fuera del control estatal sino que están controlados por fuerzas al margen de la ley que ejercen sus propios dispositivos de dominación. En estos espacios se reconfiguran las relaciones entre los individuos y el Derecho, de tal manera que lo primordial en este caso sería comprender como aquellos discursos sobre el derecho operan sobre las personas y como ellas reconstruyen los conceptos de justicia, derecho y castigo. Por otro lado es importante resaltar la importancia del lenguaje no tanto como legitimador sino como mecanismo de resistencia. Así por ejemplo, ciertas personas se resistían a llamar "limpiezas" a las masacres cometidas y otros se negaban a llamar "autodefensas" a los paramilitares.
ResponderEliminarPD: lo volví a publicar porque al anterior le faltaba un pedazo.