miércoles, 11 de marzo de 2009

Aporte Semilla III

Por: Mateo Echeverry

El cuento de Kafka, “Ante la ley”, puede ser ampliamente analizado bajo los conceptos que Bourdieu propone en el capitulo “Elementos para una sociología del campo jurídico”. Primero que todo, el guardián y su acceso a la Ley nos recuerda inmediatamente la idea de Bourdieu de cómo la creación de un “espacio jurídico” lleva a la creación de una frontera entre los incluidos y los excluidos. El guardián tenía la capacidad de seguir, mientras el campesino se detenía inmediatamente en su avance cuando oía los relatos del guardia sobre lo poderosos que resultaban los otros guardias. Este es otro punto. Era tanto el poder simbólico que el guardia tenía sobre el campesino, que no tenía que recurrir a la violencia física, con la simbólica bastaba. La eficacia simbólica del guardia era tal que logró que el campesino muriera en el umbral, y como señala Bourdieu la eficacia simbólica sobre funciona sobre la complicidad de los que la padecen.
El guardia puede ser visto bajo esa categoría que Bourdieu denomina mediación. La mediación se refiere a esa “pérdida de apropiación directa”. El guardián es la personificación de esa neutralización, propia del campo jurídico, en donde el ascetismo debe imperar. El lenguaje jurídico, con sus giros característicos crea esa ilusión de “tercera persona”, totalmente objetiva. Es por ello que en el cuento de Kafka el guardián, mientras se enriquecía a expensas del campesino, aceptaba el dinero con el pretexto de no querer impedir que el “campesino omitiera ningún esfuerzo”.
Ya entendemos bajo la mirada de Bourdieu, y reforzada en la narración de Kafka, los mecanismos de dominación y de exclusión que el derecho perpetúa. Las falsa neutralidad que el derecho promulga por la utilización de un lenguaje especializado que sitúa al jurista siempre en “tercera persona”. Ahora tratemos de pensar esto en Colombia. En una columna de José Obdulio Gaviria en el diario El Tiempo, del día jueves 12 de marzo del 2008, el alegato es el mismo:

“Antes, los magistrados sólo se pronunciaban en providencias. Llenaban, también, sí, decenas de cuartillas en revistas especializadas de las universidades, de las academias, o dictaban conferencias con las que solían enriquecer el debate jurídico.
La vida de los magistrados, en fin, era ajena al boato. Su tiempo libre pasaba por la literatura, la filosofía, la música, la tertulia y por los fines de semana en familia. Sus providencias eran piezas llenas de erudición, buen juicio, conciencia ética, sentido común (...).
A ciertos (pocos, pero poderosos) magistrados de la Corte Suprema se les ve hoy en las revistas y periódicos, sí, pero no en plan académico sino político o, peor, farandulero. Desde allí hablan, un día sí y el otro también, sobre complots imaginarios y se autorretratan como heroicos luchadores en trance de ingresar al martirologio republicano.
(…)
Algunos magistrados de hoy suelen hacer suntuosos vuelos chárter, rumbear en clubes, inaugurar 'enotecas'. ¡Ah, y les encanta la política! ¡Bueno, nada de raro tiene eso! Al fin y al cabo, tan titulares son ellos del poder del Estado como lo son los ministros y los congresistas. Pero -y en esto sigo al pie de la letra las enseñanzas de Rubio Llorente- no recuerdan que en temas estatales no pueden tomar iniciativas sino sólo dar respuestas. No pueden hacer valer sus preferencias, por más convencidos que estén de su razón.
A diferencia de ministros y congresistas, los magistrados ni siquiera pueden defenderse de acusaciones injustas ni entrar en polémicas. Su sola protección es el delito de desacato o las mismas acciones contra la injuria y la calumnia que tienen todos los ciudadanos.
No es entendible, entonces, que algunos magistrados anden en plan de constantes ruedas de prensa y lean comunicados y salgan a mirar a la gente, amedrentadores, desde la carátula de una revista, o lancen rayos flamígeros sobre quienes se atrevan a revirarles. ¿Se sienten 'Los Supremos', como aquellos generales, algo atrabiliarios, que se insurreccionaron contra el Gobierno democrático y constitucional en 1840 y terminaron siendo el embrión de uno de los partidos históricos de Colombia?
¡Eso!, algunos (pocos, pero muy notorios) magistrados, a veces, creen estar en un partido político y no en la Corte: en el Partido Judicial Nacional o, también, el de Los Supremos. Su plataforma política es simple: aplicar la estrategia de la crispación, que consiste, según Maravall, su enunciador, en tratar de echar a los gobiernos con operaciones de agresión a fondo, sin límites, disponiendo de ingentes medios económicos, judiciales y de comunicaciones. Recuerden cuando lean, oigan o vean ciertas cosas: ¡la estrategia de la crispación!” (Gaviria, EL Tiempo. 12 de Marzo de 2009)

Añadamos a eso una cita de Bourdie
“En el caso de los magistrados pareciera cuanto menos casi que un imperativo de su función y se encontraría en lo más profundo de las costumbres jurídicas. Las disposiciones que incorporan la ejecución del deber de abstención, a la vez ascéticas y aristocraticas, son constantes invocadas y reforzadas por el grupo de pares, siempre raudo a condenar y a censurar a aquellos que se comprometen demasiado abiertamente en los asuntos de dinero o de cuestiones politicas ” Bourdieu (184)

Ya que Gaviria apela a la desnaturalización del accionar de la Rama Judicial con un claro interés político, como es deslegitimar el accionar de las altas cortes en lo relativo a un tema como la parapolítica; como podemos apelar a argumentos que naturalizan el accionar de la justicia.
¿Cómo se podría contestar a los argumentos que plantea Gaviria y respaldar el accionar de la Rama Judicial en Colombia?

6 comentarios:

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  2. Es claro como la forma de accionar del sistema jurídico es a través de un control de ciertos capitales que divide a los profanos de los sabios. Sin embargo aunque se dé una diferenciación entre los que tienen acceso a la ley y los que no, no se puede negar que la vida de todos se encuentra a travesada por la configuración del sistema jurídico. Por esto nosotros podemos creer tener un conocimiento de la ley pero es como el conocimiento del campesino del cuento tan solo un conocimiento de reojo, pero su materialidad en nuestra realidad nos lleva a buscar conocerla más a fondo, en el cuento se ve planteado como un lugar, en nuestro caso se puede ver planteado como un espacio, pero también como unas prácticas especificas.
    La figura del guardián más que representar aquel sujeto de mediación, puede representar a uno de los primeros obstáculos a los que se enfrenta cualquier persona que se quiera acercar a la ley es el lenguaje jurídico, ya que desde mi punto de vista es la primera cara del sistema jurídico a la cual cualquier persona se acerca, las formas de nombrar o de entender un hecho desde el derecho. Este obstáculo no puede ser entendido abstractamente sino a partir de aquellos que detentan el poder de producción y reproducción de este lenguaje. Al parecer desde la visión de José Obdulio García esa fue la función alguna vez de los magistrados, que se vieron “corrompidos” por los intereses económicos y políticos por la “farándula” sin embargo es claro que esto no sucedió en tanto nunca ha habido un ejercicio jurídico “puro” aparte de estas relaciones.
    Entonces aquí lo que cambia es la forma de entender la forma de actuar de estos expertos, en tanto es claro que su decisión puede estar a travesada por distintas tensiones, sin embargo esto no hace que se transforme su función de discriminar entre los profanos y los expertos. Tal como el guardián que recibe las posesiones del campesino y aun no le permite avanzar, es claro que debe crearse la ilusión de que uno hace su mayor esfuerzo por ingresar a la ley pero simplemente es inapto para esta, pero lo que está detrás es que hay no solo el capital económico es necesario para poder ingresar a la ley, la posición del sujeto en distintos espacios abre una puerta especifica a la ley, que es custodiada siempre por el mismo guardián, entonces se debe comprender que los magistrados están realizando bien su trabajo aunque se vean involucrados en otros espacios, su función de división entre los profanos y los expertos no se ve profundamente permeada por estas relaciones.

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  3. Es evidente como en el cuento de Kafka, se nos presenta una buena metáfora sobre lo que es el campo jurídico analizado por Bordieu. Me gustaría centrarme en lenguaje jurídico y su relación con el cuento, pues es posible entender como se da una relación de verticalidad frente los individuos y la ley, pues esta se ha caracterizado por tener el "efecto de neutralización", el cual se refiere a la capacidad que tiene la ley para emplear un lenguaje neutral y capaz de aprender la realidad de una manera mucho mas lógica.
    El campesino al querer acceder a la ley lo esta haciendo para buscar algún tipo de verdad o conocimiento, el cual es solamente posible en la ley, pues se da gracias a un cumulo de conocimientos y procedimientos propios de este campo. El conocimiento por el cual en el lugar-espacio de la ley se esconde "algo mas", es gracias a que como nos dice Bordieu , el lenguaje de la realidad esta mediado por el lenguaje jurídico, ya que este limita algunas de nuestras acciones si no todas.
    Por otra parte la figura del guardián, se presenta no tanto como el mediador entre la ley y el campesino; pues este en ningún momento escucha las exigencias del campesino de una manera atenta, así mismo tampoco le da ninguna información por parte de la ley. Este opera en un sentido que, regula quien entra y quien no. Tiene la posibilidad de escoger. Este seria mas bien el lenguaje, los procedimientos que sin el manejo de unos “expertos”-“sabios”, es complicado de entender y es casi imposible acceder a la “ley” , solamente ellos tienen el saber y la practica incorporada para entender los términos y procedimientos judiciales, por esto el campesino no puede entrar , pues sin este conocimiento no tienen el capital simbólico necesario para ingresar, solamente pueden los que son teóricos del derecho y/o aquellas personas que lo ejercen de una manera aplicada.
    Juan Sebastian Granados

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  4. Estoy de acuerdo con los planteamientos de Linda y de Mateo en cuanto a la relación de dominación que se establece entre el guardia y el campesino. En efecto, la narración da clara cuenta de las dinámicas de exclusión inherentes a la configuración de un campo jurídico. “En realidad, el establecimiento de un “espacio judicial” implica la creación de una frontera entre aquellos que están preparados para entrar en el juego y aquellos, que cuando se encuentran arrojados dentro de él, quedan de hecho excluidos, culpables de no poder operar la conversión de todo el espacio mental que supone la entrada en este espacio social” (Bourdieu, 2000: 181). De esta manera, los que están preparados para entrar en el juego son aquellos que dominan el lenguaje y los símbolos a los que el “espacio judicial” acude para legitimar su poder.
    Por esta razón, los excluidos como el campesino deben recurrir a mediadores como el guardián, que dan fe de la pretensión de neutralidad de todo campo jurídico, para relacionarse con él. Yo creo que es desde este punto que se puede abordar la problemática propuesta por Linda al final de su comentario. Es verdad que no se trata de hacer un derecho contra hegemónico utilizando el mismo lenguaje especializado, porque sin duda esto reproduciría la dinámica excluyente antes de superarla. Se trata más bien de replantear el lenguaje jurídico de manera que sea accesible y comprensible para todo el mundo y que no sea de uso exclusivo de los juristas.

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  5. LIZETH RIAÑO: Teniendo en cuenta las dinámicas y relaciones de poder ejercidas por el espacio judicial, promovidas en gran sentido por el poder simbólico que emana y por la efectividad de su legitimación por parte de los ciudadanos, podríamos decir frente al problema propuesto por Linda, que es en cierto sentido problemático hablar de subvertir el orden del derecho, sin embargo considero que un cambio social podría ser generado a partir de la transformación de la relación entre ciudadanos y espacio jurídico. Esto, porque en un caso como el colombiano, es evidente que a pesar de la existencia de un lenguaje jurídico especializado los ciudadanos pueden tener acceso a información jurídica por medio de un lenguaje coloquial (por ejemplo la constitución es un documento de fácil entendimiento). Así mimo los colombianos han legitimado el poder del derecho, sin embargo este proceso de legitimación no ha estado acompañado por uno de confianza, sino todo lo contrario. En este sentido, por ejemplo sería importante consolidar mecanismos de información y asesoría, sobretodo para los ciudadanos que desconocen totalmente sus derechos y posibilidades y así acrecentar el vinculo entre ciudadanos y mediadores. Por otra parte este problema se relaciona por el que propone Mateo, en el sentido en que los colombianos desconfían del espacio judicial en parte por la naturalización de roles y actividades de sus miembros. Esta imagen del espacio jurídico es generalmente negativa, razón por la cual muchas personas se abstienen de hacer uso de sus herramientas y sus necesidades. El problema radica en que un primer paso para cambiar el funcionamiento del derecho en Colombia, es dejar de ser apáticos y desentendidos de su labor –bien sea positiva o negativa- y dejar de facilitar que nuestro vinculo con el campo jurídico sea cada vez más débil.

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  6. El cuento de Kafka, como todos han señalado permite poner “en una situación concreta” muchos de los conceptos que trabaja tanto Bordieu como Bruner: los espacios jurídicos, la apropiación, la mediación, la dominación, esos efectos de neutralización y universalización, que me parecen tan pertinentes para pensar muchas de las situaciones a las que nos vemos expuestos diariamente.
    En otras ocasiones hemos planteado ya el rol social tan importante que juega el derecho, y mas aún, la manera como toda nuestra vida parece estar atravesada por “parámetros jurídicos”, entendiendo por esto la necesidad de apelar a lenguaje y formas de lo jurídico para interactuar o solucionar diversas situaciones de la vida.
    Después del análisis del cuento que hace Mateo, propone observar una columna de opinión interesante para abrir el debate por el “como” respaldar el accionar de la rama judicial en Colombia, después de argumentos que no solo desnaturalizan sino que además deslegitiman su proceder.
    Sería interesante por ejemplo, empezar por pensar quien es José Obdulio Gaviria, pues como bien señala Mateo, detrás de sus acusaciones hay un interés político importante que esclarece de cierta manera lo que intenta perfilar en su columna. Es un caso además interesante, para equiparar si se quiere, el cuento a la realidad (con el peligro de confundirnos entre cual es cual, dado lo increíble de ambos) en cuestiones de uso del lenguaje, de manejo del poder- tal y como se llama esta sección del curso “lenguaje jurídico y poder”- Sin embargo y tratando de acercarme a la pregunta de Mateo (que tampoco sé cómo responder con toda certeza), considero que las respuestas del otro lado (la rama judicial) pasan de cierta manera por el mismo filtro, un intento por legitimar su postura a partir de unas maneras particulares de decirlo (un lenguaje experto) y unas posiciones de poder puntuales que les permiten figurar en los medios para tomar voz en el asunto.
    Sin embargo, no estoy de ningún modo sugiriendo que esta es sea una forma “incorrecta” de proceder, sino mas bien trato de señalar que a diferencia del cuento de Kafka, en esta historia pareciera que todos los personajes de una u otra manera tienen el “PODER” de entrar por esa puerta tan anhelada (y lejana) para el campesino.
    La discusión sin duda está incompleta, ojala en clase la podamos abordar más ampliamente.

    DANIELA BOTERO MARULANDA

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